Cuando
comenzamos a convivir con otras personas se generan nuevos tipos de relaciones,
puede ser que a lo largo de nuestra vida tuvimos un novio o había alguien que
nos gustaba, sin embargo, en la adolescencia este tipo de relaciones genera una
significación más profunda en nosotros. Algunos de los criterios que influyen
en nuestra elección de pareja son los siguientes:
· Igualdad de objeto. Es común buscar
características de alguien importante en nuestra vida, puede ser alguien a
quien nos sentimos profundamente atraídos o bien admiramos.
· Afiliación. Tenemos una gran
necesidad de pertenencia y vinculación con otros por medio de relaciones
duraderas y cercanas, es por esto que a veces nos sentimos atraídos con alguien
con quien convivimos frecuentemente
· Apoyo. Sentir seguridad, buscar a
alguien que te pueda entender, comprender, ayudar en cosas que no puedes
controlar. Deben de tener cuidado en este tipo de relaciones ya que siempre se
debe tener en claro que tú eres la única persona que podrá resolver los
problemas.
· Gentileza. Se tiende a buscar aquello
que se considera ideal en las personas; amabilidad, atención, respeto y cariño
· Semejanzas. Nuestras creencias,
capacidades, actividades, gustos y personalidad, dictaran una menor o mayor
atracción hacia alguien
· Admiración. Sentirnos apreciados y
amados por esa persona es uno de los elementos más importantes
· Novedad. En ocasiones nos llama la
atención las personas que son originales, fuera de lo común, que gustan del
riesgo, las emociones fuertes, no caen en la rutina o resultan impredecibles.
Existen
muchos factores que influyen en la elección de pareja, sin embargo, algunas
veces elegimos estar con alguien por situaciones como la soledad o el no saber
bien nuestros objetivos y necesidades, cuando estos elementos están presentes
pueden llegar a desatarse situaciones de desigualdad, violencia y tensión en la
relación.
Esto
se ve reflejado en cómo se determina el rumbo de la relación; un claro ejemplo
es cuando se decide iniciar una vida sexual activa, este proceso debería ser un
mutuo acuerdo, pero no siempre lo es y cuando esto sucede de manera precipitada
hacerlo puede desencadenar en otras situaciones más difíciles de resolver como
lo es un embarazo no planeado.
Lo
anterior, es una situación prevenible mediante el acceso a la educación sexual,
la comunicación, guía, orientación y acompañamiento emocional de la familia, el
uso correcto de métodos anticonceptivos, el conocimiento de tus derechos
sexuales y reproductivos y el concientizar sobre el embarazo y cuidados de un
bebé.
Es
importante pensar en el plan de vida cuando elegimos una pareja, tener claro
que deseamos de la relación y que se de en términos de igualdad y respeto, así
como el entablar una serie de acuerdos que nos permitan una toma de decisiones
más asertivas.
Cuando se estén generando
estas relaciones puede que las decisiones se vean sesgadas por la ilusión del
ahora, el pensarnos o idealizarnos en esta nueva pareja, sin embargo la
generación de acuerdos puede darte aprendizajes sobre lo que deseas o no en una
pareja, la elección de una pareja es un mutuo acuerdo.