Podría especularse que en una relación de noviazgo habría: madurez, salud emocional, respeto, solidaridad, generosidad, comunicación, proyectos de vida comunes, flexibilidad para vivenciarla de una forma saludable, ya que este mismo es una etapa anterior para darse cuenta de si dos personas que se aman pueden o no, al cabo del tiempo, formar un matrimonio feliz.
Sin embargo, la violencia durante el noviazgo es tan grave más de lo que pudiera imaginarse, en un 95% de las relaciones abusivas, los hombres violentan a las mujeres. En nuestro país, las mujeres son las que mas sufren de violencia durante esta etapa, no obstante en la actualidad este tipo de situaciones se esta dando en varones. El maltrato a la pareja puede ocurrir en cualquier momento, desde la primera cita o transcurridos varios meses o años de relación. Existen diversos tipos que van desde el abuso físico, emocional-psicológica o sexual con la finalidad última de dominar y mantener el control sobre la otra persona; desgraciadamente, el estar enamorados no nos permite darnos cuenta que ejercemos violencia o somos víctimas de ésta. Puede manifestarse de varias formas mediante: insultos, gritos, amenazas, empujones, intimidaciones, castigos, sometimiento, bofetadas, puñetazos y agresiones con armas, aumentando también su intensidad.
Existen varios aspectos que podrían indicarnos si nuestra pareja es violenta: provenir de una familia violenta o que abiertamente minimiza a las mujeres, que el hombre se considere superior a las mujeres, además de la amenaza de abandono si no se accede a los deseos. Otras señales a considerar son los celos que originan estrés y violencia extrema y no una demostración de amor, las conductas posesivas, la infidelidad justificada y las restricciones en la forma de vestir, hablar, caminar y arreglarse, amenazas y control, mismas que encubren una baja autoestima, inseguridad, desconfianza que tienen que ver con la historia del sujeto y no con lo que haga o deje de hacer la otra persona; así también el que la pareja que es víctima manifiesta características de pasividad, sentimientos de minusvalía, baja autoestima.
Se cree erróneamente que los perpetradores cambiarán su conducta en un tiempo posterior, y aunque de momento se arrepienta y pida perdón, lo más seguro es que pronto el cuadro se repita y lo que es peor aún, con mayor agresividad que el anterior. Es fundamental recordar que un alto índice verbal pronostica actos de violencia física a corto o mediano plazo.
Lo mas importante es que en el noviazgo si se empiezan a notar signos de violencia corten con esa relación y busquen ayuda profesional. Recuerda que la violencia es una conducta aprendida, previa a la formación de pareja y no cambia espontáneamente por la voluntad de las personas, requiere de un trabajo orientado a modificar esta conducta.
Sin embargo, la violencia durante el noviazgo es tan grave más de lo que pudiera imaginarse, en un 95% de las relaciones abusivas, los hombres violentan a las mujeres. En nuestro país, las mujeres son las que mas sufren de violencia durante esta etapa, no obstante en la actualidad este tipo de situaciones se esta dando en varones. El maltrato a la pareja puede ocurrir en cualquier momento, desde la primera cita o transcurridos varios meses o años de relación. Existen diversos tipos que van desde el abuso físico, emocional-psicológica o sexual con la finalidad última de dominar y mantener el control sobre la otra persona; desgraciadamente, el estar enamorados no nos permite darnos cuenta que ejercemos violencia o somos víctimas de ésta. Puede manifestarse de varias formas mediante: insultos, gritos, amenazas, empujones, intimidaciones, castigos, sometimiento, bofetadas, puñetazos y agresiones con armas, aumentando también su intensidad.
Existen varios aspectos que podrían indicarnos si nuestra pareja es violenta: provenir de una familia violenta o que abiertamente minimiza a las mujeres, que el hombre se considere superior a las mujeres, además de la amenaza de abandono si no se accede a los deseos. Otras señales a considerar son los celos que originan estrés y violencia extrema y no una demostración de amor, las conductas posesivas, la infidelidad justificada y las restricciones en la forma de vestir, hablar, caminar y arreglarse, amenazas y control, mismas que encubren una baja autoestima, inseguridad, desconfianza que tienen que ver con la historia del sujeto y no con lo que haga o deje de hacer la otra persona; así también el que la pareja que es víctima manifiesta características de pasividad, sentimientos de minusvalía, baja autoestima.
Se cree erróneamente que los perpetradores cambiarán su conducta en un tiempo posterior, y aunque de momento se arrepienta y pida perdón, lo más seguro es que pronto el cuadro se repita y lo que es peor aún, con mayor agresividad que el anterior. Es fundamental recordar que un alto índice verbal pronostica actos de violencia física a corto o mediano plazo.
Lo mas importante es que en el noviazgo si se empiezan a notar signos de violencia corten con esa relación y busquen ayuda profesional. Recuerda que la violencia es una conducta aprendida, previa a la formación de pareja y no cambia espontáneamente por la voluntad de las personas, requiere de un trabajo orientado a modificar esta conducta.
vientos!! ven no era tan dificil!!
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