Por Psic. Laura Cordero Contreras
Mitomanía, mentira
patológica o pseudología fantástica son tres de los varios términos
aplicados por los psiquiatras para nombrar el comportamiento de los mentirosos
compulsivos o habituales. La mitomanía fue descrita por primera vez en la
literatura médica en 1891 por Anton Delbrueck. A pesar de que es un tema
controvertido, la mentira patológica se ha definido como una invención intencional
y demostrable de acontecimientos muy poco probables y fácilmente refutables.
No todas las mentiras son dañinas. De hecho,
algunas veces mentir es la mejor estrategia para proteger nuestra intimidad de
la maldad de otros, comentan algunos investigadores. Otras mentiras, como la
fanfarronería o las realizadas en nombre de la cortesía y la amabilidad, pueden
clasificarse como menos serias. Pero las mentiras descaradas (tanto si implican
no contar toda la verdad, o añadir datos falsos) son peligrosas, ya que corroen la confianza y la intimidad de la sociedad.
Los hombres no mienten más que las
mujeres, pero tienden a mentir para sentirse mejor con ellos mismos, mientras
que las mujeres tienen más propensión a mentir para hacer que otras
personas se sientan mejor, los extrovertidos tienden a mentir más que los
introvertidos; queremos parecer mejores cuando estamos en compañía de otros
(especialmente de la gente que nos importa) y también queremos proteger nuestra
autoestima.
La gente
está tan dispuesta a mentirle a alguien que conoce, incluso acerca de pequeñas
cosas, como el precio de un bien; prenda ó comportamiento pero, la pregunta es: ¿por qué mentimos? Y su
respuesta es: porque funciona. Los Homo sapiens que fueron mejores para mentir
obtuvieron ventaja sobre otros en la implacable lucha para el éxito
reproductivo. Como humanos, debemos acoplarnos a un sistema social determinado
para alcanzar el éxito, y nuestra mejor arma es destacar, diferenciarnos;
mentir ayuda en esa tarea. Y mentirnos a nosotros mismos —un talento construido
por nuestra mente— nos ayuda a aceptar este comportamiento fraudulento.
¿Como podemos identificar la
mentira o a una personas que miente?
1. Gran habilidad para mentir y saltarse las
confrontaciones de la verdad. A veces te quedas boquiabierto de la forma y
naturalidad en que mienten. Muestran una gran seguridad en si mismos haciéndote
quedar mal cuando sospechas de ellos al punto de sentirse irritados y
amenazantes cuando los confrontas.
3.
Baja autoestima y desorden en identidad y personalidad. Nunca les sacia lo que
consiguen y quieren mas para ser reconocidos ante la sociedad. En su familia se
excluyen, se sienten menos amadas (os), diferentes a los demás. Sufren mucho,
lloran mucho a veces de verdad y a veces también lo hacen para manipular.
4.
Son personas que la mayor parte del tiempo quieren estar solas. Se encierran en
su mundo de soledad. Tienen pocos amigos y son de cierta forma posesivas y
celosas.
Mentir es una habilidad que crece en lo más profundo de
nosotros, y que utilizamos con regularidad. Como escribió el escritor
estadounidense Mark Twain hace más de un siglo: «Todo el mundo miente, todos los días, a
cada hora, dormido, despierto, en sus sueños, en su alegría, en su duelo. Aun
con la boca cerrada, sus manos, sus pies, sus ojos y su actitud se convertirán
en una mentira».
Las personas
deberían preocuparse más del grado de extensión al que tienden a la hora de
mentir y que la honestidad produce relaciones más genuinas y confiables… Ya lo
dice el viejo adagio: "la honestidad es la mejor
política" o bien recordemos ese refrán tan nombrado por las sabias
abuelas “la mentira tiene piernas cortas porque al final la verdad las alcanza”.
Nos
vemos en la próxima…
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