El estrés es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que perturban el equilibrio emocional de la persona. El resultado fisiológico de este proceso es un deseo de huir de la situación que lo provoca o confrontarla violentamente. En esta reacción participan todos los órganos y funciones del cuerpo, incluidos el cerebro, los nervios, el corazón, el flujo de sangre, el nivel hormonal, la digestión y la función muscular. Periodos prolongados de estrés pueden ser la causa de enfermedades cardiovasculares, artritis reumatoide, migrañas, calvicie, asma, tics nerviosos, sarpullidos, impotencia sexual, irregularidades en la menstruación, colitis, diabetes y dolores de espalda.
Los episodios breves de estrés trastornan el funcionamiento del organismo; sin embargo los síntomas desaparecen cuando el episodio cede. Esto ocurre con mayor facilidad si la persona posee tácticas efectivas para enfrentar el estrés y si expresa sus sentimientos normalmente.
Cualquier suceso que genere una respuesta emocional puede causar estrés. Esto incluye tanto situaciones positivas (una nueva relación, un viaje, o entrar a la universidad) como negativas (reprobar el semestre, terminar una relación, la muerte de algún familiar). El estrés también surge por irritaciones menores, como esperar demasiado en una fila o en el tráfico. Situaciones que provocan estrés en una persona pueden ser insignificantes para otra.
El estrés afecta órganos y funciones de todo el organismo. Los síntomas más comunes son ansiedad, dolores de cabeza, insomnio, indigestión, sarpullidos, disfunción sexual, nerviosismo, palpitaciones rápidas, diarrea o estreñimiento.
Si la causa del estrés es única, por ejemplo la pérdida de empleo o un divorcio, enfrenta la situación de manera efectiva. Comparte tus sentimientos con los amigos. No te impongas más responsabilidades hasta acostumbrarte a la nueva situación. En conclusión, no es posible eliminar el estrés de nuestras vidas, pero si podemos controlarlo.
Algunos tips son:
· Tener siempre a disposición una válvula de escape; por ejemplo, hacer ejercicio o tener algún pasatiempo como pintura, cocina, leer, etc.
· Tener amigos con quienes compartir tanto lo bueno como lo malo.
· Aprender técnicas de relajamiento; por ejemplo, yoga o meditación.
· Evitar el uso de tranquilizantes o alcohol para hacer frente a las situaciones de estrés.
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