19 de abril de 2017

Filematología la ciencia del beso


Besar es todo un arte, pero también tiene su propia ciencia. Se llama filematología, y las últimas investigaciones en esta disciplina revelan que intercambiar saliva nos ayuda a escoger la pareja más adecuada.


Según explicaba la neurocientífica Wendy Hill durante una reciente reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), las sustancias químicas que contiene la saliva nos ayudan a evaluar a una posible pareja para decidir si es la más idónea. Además, besarnos reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y aumenta los niveles de oxitocina, siempre y cuando besemos a la persona adecuada. 

Helen Fisher, profesora de antropología en la Universidad Rutger y experta mundial en la biología del amor, también ha analizado el papel del beso, y asegura que "besar es un poderoso mecanismo de adaptación" presente en más del 90% de las sociedades humanas. Sin olvidar, añade, que "los chimpancés y los bonobos se besan, los zorros se lamen sus hocicos entre sí, las aves se picotean y los elefantes ponen sus trompas en las bocas de los otros miembros de sus manadas". 

En los humanos, el beso es fundamentalmente una cuestión química, según Fisher. La saliva masculina tiene testosterona y los hombres prefieren los besos húmedos porque inconscientemente intentan transferir testosterona para provocar el apetito sexual en las mujeres, según la experta. Además, este tipo de besos podría ayudarles a "medir los niveles de estrógenos femeninos de su pareja, para hacerse una idea de su grado de fertilidad". En cuanto a las mujeres, el beso les sirve para detectar el estado del sistema inmune de su posible pareja y saber "cuánto se cuida". 

Por otra parte, la antropóloga sostiene que existen tres sistemas cerebrales diferentes que evolucionaron en el Homo sapiens para permitir el emparejamiento y la reproducción. El primero es el deseo sexual alimentado por la testosterona, tanto en hombres como en mujeres. El segundo regula el amor pasional u obsesivo y parece estar vinculado a una actividad elevada de la dopamina, un estimulante natural. El tercero, que controla el apego y permite a una pareja permanecer unida suficiente tiempo como para criar hijos, está ligado a un nivel mayor de oxitócina. El beso, probablemente, permite que se estimulen esos tres sistemas, concluye Fisher.

12 de abril de 2017

¿Nos creemos mejores de lo que realmente somos


En la actualidad y con el auge de las redes sociales, se ve un incremento en la autopercepción de las propias habilidades de cada individuo, por ejemplo, nunca faltara aquel amigo que afirme que es el mejor conduciendo, o que es el mejor en clase o haciendo las tareas escolares. De hecho, que responderías amigo lector si te preguntara que ¿Qué tal crees que se te da conducir? Probablemente tu respuesta sea que eres muy bueno manejando o por lo menos que haces eso mejor que los demás. Un estudio reciente ha demostrado que el 98% de las personas piensan que son mejores que el 50% de la gente. Y esta aseveración aplica con cualquier cosa que se pregunte.


Jhonatham freeman, profesor de piscología en Goldsmiths, en la universidad de Londres, Realizo un estudio en el cual encontró que el 98% de las personas encuestadas se consideraban más agradables que los demás, considerando agradable como más empático, mas asertivo o carismático. Esto se debe a que el auto concepto está sesgado en la propia persona, tendemos a considerarnos mejor de lo que somos realmente y esto se da tanto en hombres como en mujeres.

Sin embargo este ego inflado, se ve ajustado por un mecanismo muy natural y necesario en toda persona, la socialización. Pues el contacto con los demás hacia que la propia valía que se da cada quien se vea regulada por los demás, y esto se logra compartiendo opiniones acerca de las otras personas de una manera constructiva. Por ende, si una persona se considera un buen estudiante, el mismo grupo y su dinámica se encargara de ejercer un mecanismo regulador para que la propia persona se dé cuenta de la realidad y así pueda mejo0rar en aquello que pensaba que estaba haciendo bien. En este mimo estudio se encontró que la este efecto era más fuerte en la mujeres que en los hombres, se descubrió que las mujeres pueden se alinean mucho más rápido con su ego o auto concepto con la realidad en base a la retroalimentación que reciben de su grupo. Los hombres en cambio tienden a ajustarse un poco más tarde y lento ya que estos tienden a racionalizar o justificar, que es casi lo mismo. Lo cual hace que se adapten de una manera más lenta.


Así que ahora te pregunto a ti amigo lector, ¿qué tan bueno crees que eres en las cosas que haces diariamente?

6 de abril de 2017

Los mensajes positivos no te hacen feliz, Las amistades con las personas sí.



En las redes sociales es frecuente encontrar imágenes en las que el humor es una constante, e incluso en el muro de nuestros contactos es común encontrarse con frases motivadoras o de superación personal, que en mayor o menor medida se usa con el fin de motivarse a sí mismo y transmitir un mensaje positivo a todos sus contactos. Pero, ¿realmente funcionan? queda claro que son llamativos y optimistas este tipo de imágenes, pero su efectividad tanto para la propia persona que lo publica en Facebook, por mencionar una red social, o para la persona que lo lee no está comprobada y de hecho no se tiene ningún beneficio real al hacerlo. ¿Qué es lo que realmente hace feliz a las personas? es un hecho que estas imágenes o frases motivacionales no.

 Lo que hace realmente feliz a una persona a través de los años de manera inmediata y a largo plazo son las interacciones sociales, tan solo entablar una conversación casual con alguien que te encuentras en la calle o en el supermercado es más estimulante para un individuo que recibir motivación de alguna otra forma, si una simple charla con algún desconocido tienen esos efectos, ahora imaginemos lo que hacen las charlas con las amistades que uno tiene en el transcurso de la vida, y es esto lo que realmente hace feliz a una persona.

Un estudio publicado por la psicóloga Susan David de la Escuela de Medicina de Harvard, ha descrito que decidir pensar en positivo a toda costa y en todas las situaciones (también llamado Tiranía de positividad) para ignorar las emociones negativas no tiene ningún efecto benéfico para las personas y al contrario, esto hace que la persona se sienta más infeliz. Se ha necesitado 75 años para llegar a esta conclusiones ya que un estudio pregunto a varias personas en un momento dado, cuáles eran sus metas más importantes en la vida para poder ser feliz, unos contestaron que tener dinero, otros afirmaron que ser famosos les haría feliz, y unos cuantos contestaron que ser feliz y conseguir serlo era su meta principal, esto se tomó en cuenta para observar a través del tiempo si con estas metas fijas se podía cumplir el objetivo final, la felicidad, ninguna de estas metas era la correcta ya que ninguna por si misma lograba que la persona se sienta feliz. Y en una curiosa observación las personas que se establecían como meta principal ser felices en la vida, curiosamente no lo hacían, es como si la meta misma causaba el efecto contrario.
La clave para llegar a este resultado tan ambicioso para las personas es simplemente mantener una buena calidad en las relaciones interpersonales, nos referimos no solo a los amigos si no a los compañeros de trabajo, a la familia y por supuesto a la pareja, estas buenas relaciones tienen un  efecto en el individuo, como los bajos niveles de obesidad, la hipertensión y la salud física en general.
Así que si quieres ser feliz ya sabes lo que tienes que hacer. Lo primero es no fijarte la meta de ser feliz, por irónico que resulte, lo segundo es mantener unas buenas relaciones sociales, y por ultimo saber expresar tu sentir de una manera adecuada y acorde al contexto, también llamada asertividad.

Psic. Ricardo