Hoy en día, en el mundo que
nos rodea y nos hace perteneciente a una sociedad más acelerada, demandante y menos consciente de su propia realidad, al mismo tiempo de un
poder de destrucción del otro, por diversas causas por el consumismo de nuevas
tecnologías y lo vemos clarificado en nuestros niños, jóvenes e incluso adultos
por la adquisición de nuevas formas de comunicación última tecnología, artículos de belleza de
marcas reconocidas, la demanda profesional en escuelas y trabajos, generándonos
niveles altos de frustración y estrés en la sociedad dejando como consecuencia
en gran parte la violencia y todo lo que la envuelve.
La violencia entendida como
una situación o modo donde se ejerce brusquedad contra otro, teniendo en cuenta
que más que la agresión física la emocional es terriblemente perturbadora,
traumatizante. Quien la practica busca un estado de poder o fuerza en aquellos
sujetos débilmente emocionales e inseguros incluso de reconocer la violencia en
sus vidas emocionales y así mismo no poder mencionarlas como una conducta
normal y tradicional, mencionando textualmente “así me educaron” “el me pega
porque me quiere”.
Desde tiempos
inmemorables la violencia ha atravesado la
existencia humana, asunto que se hace
visible desde el mismo núcleo de la
sociedad: la familia, espacio marcado, en
muchas ocasiones, por la presencia de
manifestaciones Agresivas entre sus integrantes.
Es así que la violencia empieza
desde una perspectiva individual, desde un amor propio existente o inexistente
de nosotros mismos, para poder depositar un amor autentico en los demás
miembros de la familia.
La violencia intrafamiliar
es muy difícil mencionarla, detectarla por el grado de normalidad, la tradición
moralista de ocultarla, de identificarse como una familia estable y funcional,
principalmente verbalizada por la victima de la violencia familiar. Debemos
mencionar las cosas por su nombre y evitar esa sensación de vergüenza y
creencia de a mi no me pasara, en mi familia no pasan esas cosas. Para que la
detección y tratamiento sea objetivo y funcional.
Si no tomamos conciencia
cada uno de nosotros de la violencia que generamos en nuestra casa,
En nuestro trabajo, en la calle o donde sea que convivamos, no podemos contribuir a la disminución de tanta violencia.
En nuestro trabajo, en la calle o donde sea que convivamos, no podemos contribuir a la disminución de tanta violencia.
CONSEJOS
- · Un grado optimo de comunicación en la familia.
- · Un reconocimiento individual y amoroso,
- · Es válido reconocer el enojo pero no manifestarlo de manera violenta o agresiva, descargándolo en el otro.
- · Denunciar todo tipo de agresiones no solo las físicas si no también las psicológicas.
- · No responder de la misma forma violenta.
- · Busque el apoyo psicológico y legal.