"Eterno bebé" personalidad adictiva

"Las personas que son adictas o dependientes de una o
varias sustancias psicoactivas sufren debido a su
inmadurez, a causa de ese eterno infante,
egoísta y demandante, que llevan consigo".

La personalidad que conlleva a conductas adictivas se encuentra de manifiesto en lo que es llamado “el eterno bebé como signo de la inmadurez a causa de ese eterno infante egoísta y demandante”.

Para explicar a ese eterno infante significa que no hubo un adecuado desarrollo  emocional, una parte de la personalidad se "quedó trabada”, no siguió creciendo al mismo ritmo y velocidad que nuestro cuerpo. Este crecimiento "truncado" trae consecuencias y costos que se pagará por ello, así también beneficios o ganancias.

Las características de una personalidad adictiva  muestran una serie de características muy amplias y complejas.

A continuación se señalan las más importantes:

       Poseen una profunda necesidad de ser aceptados, muchas veces perdiendo su identidad.

     No soportan la crítica, ni el señalamiento de sus errores.

       Comúnmente son personas solitarias.

       Acostumbran culpar a los demás.

       Juzgan la vida en términos absolutos y extremosos: es negro o blanco, está bien o está mal.

       Viven en el pasado y con mucho miedo al futuro.

       Sueñan, fantasean con grandes proyectos en su vida, pero nunca lo ponen en práctica.

       Creen firmemente que las reglas, normas y leyes son para todo el mundo,  excepto para ellos.

       Se vuelven adictos a las emociones fuertes, experiencias que involucren riesgos.

       Existe una disminuida capacidad para tolerar la frustración.

       Poseen dotes para mostrar toda la gama de sentimientos y emociones posibles sin vivirlos realmente, es una cuestión asociada a la manipulación y chantaje emocional.

       Sienten que sus padres trataron mejor a algún hermano o hermana, y no a ellos.

       Se producen dificultades para expresar sus verdaderos sentimientos y una gran habilidad para ocultarlos o transformarlos.

       Les desagrada aceptar y entender que sus actitudes tienen consecuencias sobre sí mismos y sobre los demás.

       Cuando tienen problemas los niegan, les sacan la vuelta o se burlan de ellos.

       Son crueles con las personas que más quieren.

       Son dependientes de los demás y nos les agrada aceptarlo.

Conforme el consumo de la sustancia(s) psicoactiva(s) va afectando al individuo en su personalidad se genera un fenómeno en la que la capacidad de toma de decisiones, juicio de realidad, va empobreciéndose mientras que adquiere mayor empoderamiento tornándose irracional, demandante, instaurado en el egoísmo y la autodestrucción. Por ello se dice que en muchos adictos /el eterno infante, es consecuencia del efecto que la sustancia adictiva ejerce sobre su personalidad y que es ella la que "lo crea".

La omnipotencia, los resentimientos, la ansiedad excesiva, la confusión de los sentimientos, la poca tolerancia a la frustración, el falso orgullo que es cuando la persona enmascara actitudes y emociones para evitar un daño a su ego, la desconfianza, inseguridad, la capacidad de evadir  problemas, son sólo algunas de las caras de la inmadurez.

 Cada persona es diferente y los conflictos asociados a su adicción también son diferentes.

Para salir de este círculo vicioso y dar un paso para el crecimiento existen personas capacitadas que te pueden ayudar (psicoterapeutas, psiquiatras, consejeros, grupos de ayuda mutua).