26 de julio de 2011

DE LA EUFORIA A LA DESTRUCCIÓN




“Cuando la conocí tenía 16 años. Fuimos presentados en una fiesta, por un tipo que decía ser mi amigo. Fue amor a primera vista, ella me enloquecía.
Nuestro amor llegó a un punto, que ya no conseguía vivir sin ella. Pero era un amor prohibido, mis padres no la aceptaron, fui expulsado del colegio y empezamos a encontrarnos a escondidas. Pero ahí no aguanté más, me volví loco. Yo la quería, pero no la tenía. Yo no podía permitir que me apartaran de ella. ¡Yo la amaba! Destrocé el coche, rompí todo dentro de casa y casi maté a mi hermana. Estaba loco, la necesitaba.
Hoy tengo 39 años; estoy internado en un hospital, soy inútil y voy a morir abandonado por mis padres, amigos y por ella. ¿Su nombre?

Cocaína. A ella le debo mi amor, mi vida y mi destrucción.” (Freddie Mercury, vocalista de Queen).

La cocaína actúa como estimulante del sistema nervioso central y tiene un gran poder adictivo que puede llegar a provocar un deterioro rápido en la salud. Su consumo produce un exceso de euforia, una alegría incontenible que dura entre quince y treinta minutos. El consumo comienza de forma intermitente, es decir, se hace de vez en cuando, pero evoluciona en breve y se va teniendo la necesidad de aumentar el consumo.
Esta droga da una sensación de poder, disminuye la fatiga, aumenta la capacidad de trabajo y retención del aprendizaje. Pero es un poder ilusorio que desaparece junto con sus efectos sin que el individuo haya aprendido nada, sólo lo lleva a un escape temporal de si mismo que no dura ni siquiera una hora.
Algunos de los daños que provoca a nivel individual son alteraciones físicas como ansiedad, dolores de cabeza, delirios, alucinaciones, fatiga, depresión, insomnio, trastornos alimenticios y en algunos casos convulsiones y trastornos cardiovasculares. Lo cual significa que hay riesgo por fallo del corazón e intoxicación a muy temprana edad.
Y aunque el consumo puede iniciar por la necesidad de pertenecer a un grupo, con el tiempo la persona puede comenzar a aislarse social y emocionalmente. Además de que es una droga que despierta la agresividad y conduce a los jóvenes a cometer actos delictivos que van desde el robo, narcomenudeo hasta el asesinato. Esto, debido a que uno de sus principales efectos es la violencia física y psicológica.

En realidad, es difícil saber a donde puede llevarte, así que mejor… ¡no te arriesgues!


12 de julio de 2011

¡¡Adiós a los besos con sabor a cenicero!!


PORQUE DEJAR DE FUMAR?


Desafortunadamente, es muy fácil hacerse adicto. Los cigarros son tan adictivos como la cocaína o la heroína. Aún y si solamente fumas uno o dos cigarros al día, estás en riesgo. Las situaciones de estrés o salir con amigos que fuman puede hacer que aumente el número de cigarros que fumas y volverte adicto. Mucha gente pospone el dejar el cigarro, ya que piensan que lo van a dejar cuando sea el tiempo correcto. Solamente 5% de los adolescentes piensa que seguirá fumando en 5 años pero actualmente, cerca de 75% de ellos se encuentran fumando cinco años más tarde. Si tú fumas, nunca va a parecer que el tiempo correcto para dejar el cigarro ya ha llegado, y dejarlo será cada vez más difícil. Es importante saber que entre más tiempo fumes, más difícil será parar y más daño le harás a tu cuerpo. A continuación, están algunas razones para dejar de fumar lo más pronto posible:
  • La mayoría de los adolescentes prefieren tener como pareja a un(a) no fumador(a). Ahorrarás dinero si dejas de fumar. Un cigarro cuesta cerca de $3.00 y aún y cuando solamente fumes un par de cigarros al día, estás gastando aproximadamente $1,100.00 al año en cigarros. Piensa en todas las otras cosas en que podrías usar este dinero.
  • Solamente tienes un par de pulmones. Cualquier daño que les hagas ahora estará contigo por el resto de tu vida.
  • Entre más tiempo fumes, mayores probabilidades tienes de morir de ello. Uno de cada 3 fumadores muere por fumar y muchos más se enferman. Piensa en tus amigos que fuman. 1/3 de ellos morirá por fumar si no dejan de hacerlo.

 
La decisión de empezar o continuar fumando es enteramente tuya y nadie puede impedírtelo, pero debes pensar si en verdad es lo mejor para tu cuerpo y tu vida.