>Problemas y más problemas; al encender la televisión en las mañanas en las noticias: conflicto entre tal y tal; en casa enojado porque mis papás no me dejaron ir de fiesta, en la escuela me pelee con un compañero y ahora se ha vuelto una batalla campal. ¡Ya no se qué hacer! Los problemas no deberían existir<
A lo largo de la vida nos enfrentamos a un sinfín de conflictos, no solo con los demás sino también conflictos personales por ejemplo al tener que tomar una decisión. La definición de conflicto nos dice que es una lucha, enfrentamiento, oposición entre personas o cosas; un apuro, situación agitada o difícil, o bien la existencia de tendencias contradictorias en el individuo, que generan angustia e incluso ciertos trastornos. Y ¿Qué nos ocasiona conflictos? Seria inmensa la lista de posibles respuestas, ya que son muchas las situaciones que nos pueden ocasionar problemas e incluso lo que para unos puede ser un motivo, para otros pasaría por alto. Es por ello que una de las principales características que podemos notar es que los conflictos son inevitables; podremos evadirlos, hacer que no pasa nada, sin embargo ahí estarán presentes hasta que les demos una solución.
Seguramente cuando escuchas la simple palabra conflicto, te vendrá a la mente algo negativo; aunque generalmente no tiene porque ser así, también tienen su lado positivo: nos puede llevar a desarrollar ciertas habilidades, encauzarlo a construir y no a destruir; genera una comunicación más autentica (decirnos asertivamente las cosas), ayuda a liberar emociones, tensiones, estrés y a fomentar mayor cooperación; a resolver no solo el problema central, sino algunos más que eran latentes y sobretodo nos lleva a desarrollar nuevas destrezas que nos ayudarán más adelante a resolver nuevas situaciones.
Por otro lado si encauzamos de manera negativa el problema nos traerá división en un grupo, falta de cooperación, aumento de diferencias y la presencia de comportamiento dañino, entre otras.
Para poder resolverlo es esencial desarrollar habilidades como son: fomento de autoestima, manejo de emociones, respeto, tolerancia, asertividad, comunicación, cooperación; apreciar las diversas formas de pensar, desarrollo de creatividad y una buena toma de decisiones, valorando las posibles consecuencias y responsabilizándonos de ellas.
Algunas sugerencias: Si vas a resolver un conflicto hazlo con la o las personas involucradas y solo con ellas; mantén una actitud pacífica y de escucha, expresa tu deseo de resolver la situación y coopera para que esto se dé. Expresa tu sentir y tu pensar de la situación y mantén la calma; y sobretodo toma la responsabilidad solo de lo que te toca, cada quien tiene parte de responsabilidad, no cargues todo, ni tampoco responsabilices de toda la situación a la otra persona. Llega a acuerdos que satisfagan a ambas partes y si la negociación es complicada, pidan a alguien que intervenga como mediador.
Los conflictos forman de la vida y cada uno tiene una solución: compréndelo, analizarlo y soluciónalo de manera constructiva. Y recuerda si tienes alguna duda o quieres comentar algún problema llama a la línea de asesoría psicológica y de canalización que funciona de lunes a viernes de 8 a 20 horas, además de que es gratuita, anónima y confidencial. Visítanos y déjanos tus en comentarios en De Joven a Joven: ¡Tu espacio!
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