De acuerdo con Castro (2008) cita a Morales (s.f.), nos habla como el amor puede trascender a diferentes concepciones:
Escuchamos la palabra amor y pensamos, invariablemente, en una pareja o en el amor romántico; todos parecemos estar familiarizados con este concepto, sin embargo, es más complicado definir el amor como idea o incluso como sentimiento. El amor no ha sido siempre el mismo: las costumbres, la cultura, el tiempo, lo han matizado y han hecho que varíe de rostro.
Me gustaría dejar claro que no hay una “naturaleza del amor” que deba ser respetada, nada hay que no esté condicionado por la relatividad, lo que llamamos “amor” está atravesado por las contingencias del lenguaje y sus símbolos. A partir de esto podemos desprender algunos corolarios, por ejemplo que el amor posee su fabulación histórica, y que dicha fabulación vive en nuestra piel nostálgica por una otredad que suele adornarse, cristalizarse, con mil y un virtudes. Es la mano del imaginario colectivamente aceptado la que nos encamina en la búsqueda del grial amoroso, y no hablo del patético “príncipe azul”, o de supuesto “amor de mi vida”, sino de algo más elemental, de la pretensión de inmutabilidad de los afectos, de imperturbabilidad de la alegría. Me parece que debemos desdibujar nuestros prejuicios respecto al amor, no sólo por llana salud mental, sino para conducir de mejor forma nuestras experiencias amorosas en el campo magnético de los símbolos.
Biblografía: Brenda Libia Castro R. (2008).El amor como concepto filosófico y práctica de vida, entrevista con Edgar
Morales. [PDF]. Recuperado de http://www.revista.unam.mx/vol.9/num11/art92/art92.pdf