En el artículo de esta semana quisiera hablar sobre el tema de la resiliencia, el cual se describirá brevemente acorde al (compilador) Michel Manciaux.
La Resiliencia
Una de las definiciones que están presentes en el libro “La resiliencia resistir y rehacerse” define a la capacidad de una persona para desarrollarse bien, para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. Es decir, que esto pone de manifiesto que el ser humano reconoce que a pesar de las vicisitudes de la vida posee la capacidad de abordar las dificultades, crisis existenciales, situaciones potencialmente desestabilizadoras de una manera constructiva partiendo de una movilización de todos sus recursos, por lo tanto, la resiliencia es fruto de la interacción entre el individuo y su entorno.
Es importante considerar diversos elementos presentes como la etapa de la vida tanto a nivel individual como familiar.
¿Qué aspectos debemos tomar en cuenta para favorecer la resiliencia?
* En el ámbito personal y/o individual los elementos presentes son: una autoestima alta, la capacidad para resolver conflictos, las competencias relacionales ( empatía y la capacidad para buscar ayuda), capacidad de planificación de un proyecto de vida
* En el contexto familiar encontramos que en la medida de las posibilidades que el ser humano vaya estableciendo en su núcleo familiar relaciones de confianza basadas en el respeto mutuo ya sea con los padres, hermanos propiciara una red de apoyo para el individuo.
* Por último y no menos importante, se encuentra el factor ambiental y de los sistemas con que el sujeto interacciona. Por ejemplo: la escuela, el trabajo, las instituciones religiosas, etc.
Para sintetizar lo anterior descrito, recordemos la siguiente frase:
“Por excelente que sea, una semilla sólo dará buen fruto en el terreno que le convenga, Pero además es evidente que para que sea posible el desarrollo de un sujeto se necesita por fuerza algunas condiciones biológicas, socioafectivas y socioculturales.
La Resiliencia
Una de las definiciones que están presentes en el libro “La resiliencia resistir y rehacerse” define a la capacidad de una persona para desarrollarse bien, para seguir proyectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. Es decir, que esto pone de manifiesto que el ser humano reconoce que a pesar de las vicisitudes de la vida posee la capacidad de abordar las dificultades, crisis existenciales, situaciones potencialmente desestabilizadoras de una manera constructiva partiendo de una movilización de todos sus recursos, por lo tanto, la resiliencia es fruto de la interacción entre el individuo y su entorno.
Es importante considerar diversos elementos presentes como la etapa de la vida tanto a nivel individual como familiar.
¿Qué aspectos debemos tomar en cuenta para favorecer la resiliencia?
* En el ámbito personal y/o individual los elementos presentes son: una autoestima alta, la capacidad para resolver conflictos, las competencias relacionales ( empatía y la capacidad para buscar ayuda), capacidad de planificación de un proyecto de vida
* En el contexto familiar encontramos que en la medida de las posibilidades que el ser humano vaya estableciendo en su núcleo familiar relaciones de confianza basadas en el respeto mutuo ya sea con los padres, hermanos propiciara una red de apoyo para el individuo.
* Por último y no menos importante, se encuentra el factor ambiental y de los sistemas con que el sujeto interacciona. Por ejemplo: la escuela, el trabajo, las instituciones religiosas, etc.
Para sintetizar lo anterior descrito, recordemos la siguiente frase:
“Por excelente que sea, una semilla sólo dará buen fruto en el terreno que le convenga, Pero además es evidente que para que sea posible el desarrollo de un sujeto se necesita por fuerza algunas condiciones biológicas, socioafectivas y socioculturales.