19 de noviembre de 2014

Tolerancia un elemento de la juventud

Este pasado 16 de noviembre de conmemoro un año del día internacional de la tolerancia, reconocido por países integrantes de la UNESCO, más no debe ser cuestión de un solo día o de un momento para recordar.

La tolerancia es en sí mismo uno de los valores más importantes, que se pone en practicar día tras día, no olvidando que vivimos en un mundo multicultural, donde las expresiones propias de personas o bien de un ámbito social, teniendo en cuenta esto la tolerancia en sí misma es lo que permite la convivencia de las personas.

En una sociedad tolerante no suceden situaciones persecutorias contra una religión, creencia, o situación económica sino más bien se abre un campo donde la libre expresión, la comunicación y el intercambio de ideas alimentan una significativa mejoría en muchos aspectos de la vida en comunidad.

Más la definición de tolerancia contiene aspectos jurídicos y personales, dado a que no se pueden tolerar situaciones que ponga en riesgo nuestra integridad ni nuestros derechos, es decir aunque la tolerancia nos hace prevalecer nuestros en las situaciones, cuando los derechos propios o bien de otra persona o de un grupo de personas son violentados, entra dentro de los jurídico.

Pero cabe destacar que sin la perspectiva de la tolerancia el avance de la sociedad seria por definición algo imposible, ya que las ciencias se dedican a ampliar la visión del hombre en distintos campos especializados, sin la tolerancia no se avanzaría éticamente, porque no seriamos capaces de reconocer las diferencias y sabernos poseedores, actuando en consecuencia de forma adecuada ante las situaciones.

Como se puede notar la tolerancia es sinónimo de progreso de una sociedad, así como también un indicativo de salud de sus ciudadanos.

Pero dejemos por ahora esos aspectos tan serios y veamos cómo nos impacta a la juventud la tolerancia, todos llegamos a un etapa entre dejar de ser pubertos y comenzar adolescencia donde las marcadas diferencias se acrecentan y realizamos un viaje en busca de nuestra propia identidad. Es decir pedimos respeto por todos los aspectos que comenzamos a desarrollar, es decir pedimos a los demás que toleren ciertas cuestiones de nosotros mientras las maduramos, aunque si bien nos llegan a corregir o dar una cause a lo que queremos, sentimos o cambiamos, pedimos que sean tolerantes, mas no siempre dando esa misma moneda como cambio.

Ese es el punto focal, ¿qué hacer como jóvenes para tolerar y ser tolerados?, cual es el ese espacio donde no encontramos unos con otros, pero siempre respetando diferencias, pero sin dejar de abandonar nuestra dignidad y nuestra forma de ser, el punto exacto es darnos cuenta que tolerar no es aguantar, dado a que tolerar es  comprensión, aceptación y sobre todo afrontar dado a que en esos puntos muy probablemente hay algo que causa conflictos, los conflictos no permiten crecer.


Una sociedad sana no solo tolera, crece, deja  los otros ser distintos por que se encuentran distintos entre ellos, una sociedad tolerante no solo es sana, promueve y contagia esa misma vitalidad a cada miembro que está bajo sus alas, es decir la tolerancia no es solo un valor, es un compromiso como personas, un elemento necesario para la convivencia el crecimiento, la plenitud personal y social de todos los componentes, la tolerancia un elemento de la juventud que le permite ir en dirección hacia el éxito al cual todos estamos destinados.