Hoy intentaremos abordar este
tema con la mayor honestidad del mundo dando datos significativos, y los problemas que puede generar en los jóvenes.
Se ha condenado este tema,
sobre si los videojuegos promueven la violencia sin sentido o bien promueven
actitudes de riesgo al alabar conductas altamente antisociales, si bien es
posible que los videojuegos desaten esa conducta hay mas factores que influyen,
primero el desconocimiento de los padres de si sus hijos juegan algo adecuado
para su edad, que los padres no hablen acerca de las temáticas de los
videojuegos ayudando a separar lo permitido en la realidad y la ficción sin
limites, también es de admitir que ningún chico solo por un video juego se
vuelve violento, no hay que olvidar que el adolescente vive rodeado de un mundo, puede haber violencia en
la familia, la escuela, en algún entorno importante, es de admitir que solo el
7% al 10% de los jóvenes videojugadores presentan problemas que afecten su
vida, ya sea familiar, escolar o social.
Entre esos problemas puede
haber desordenes del sueño, mentir sobre el tiempo que destina para jugar, se
aburre en actividades que no involucren el uso de la tecnología, se recluye
para jugar y baja su interacción social esto se puede prevenir, esencialmente
con reglas sobre las horas que destina a jugar y los momentos, siempre cuando
termine sus actividades escolares y nunca durante altas horas de la noche.
Destacar que si se encuentra
el punto medio promueve habilidades positivas motrices y de memoria, usados
para desestresar después de un día largo, promueven la perseverancia, la
concentración y la capacidad de poder esperar recompensas.
¿Pero cual es el punto medio?,
ser usado como un pasatiempo, no como un distractor, tener suficiente
autoconocimiento para notar que los videojuegos están provocando cambios en algún
aspecto de la vida, notar que como seres sociales no podemos recluirnos en
realidades virtuales, pues el mundo es lo que sucede afuera. El punto medio
entre la diversión y la responsabilidad, se podría definir en la palabra
madurez, ser pleno y sensato disfrutando de nosotros mismo y desarrollando
nuestras capacidades en su totalidad.
Por ende los videojuegos no son buenos ni malos, todo depende el uso que se les de por parte del jugador.