7 de diciembre de 2010

¿A cuántos de nosotros nos da miedo el cambio?


“Un lucero” es una metáfora de lo que queremos tener en la vida, ya sea un trabajo, una relación amorosa, dinero, una gran casa, libertad, salud, reconocimiento o incluso una actividad deportiva como jugar futbol.

Cada uno de nosotros tiene su propia idea de lo que es un lucero, y va tras él porque cree que le hace feliz. Si lo consigue, casi siempre se encariña con él. Y si lo pierde o se lo quitan, la experiencia suele resultar muy dura o difícil.

Cuando contemplas el cielo representa el lugar donde pasas el tiempo en busca de los que deseas. Puede ser la escuela donde estudias, la comunidad en donde vives o las relaciones que mantienes en tu vida.

Nos mueve “el lucero” sin parar. La vida es un constante cambio, nada de lo que tenemos es para siempre y esto lleva a que los cambios sean inevitables. Y, como todos sabemos, vivir en una permanente catarata de cambios suele ser estresante, a menos que las personas tengan una manera de ver el cambio que las ayude a comprenderlo.
¿Han notado que cuando las cosas cambian nosotros no queremos cambiar?

Creo que nos resistimos al cambio porque cambiar nos da miedo. Queremos permanecer en la misma situación y no nos damos cuenta de que eso pertenece al pasado y ha llegado la hora de encontrar uno nuevo.

Las cosas cambian y nunca vuelven a ser como antes. La vida se mueve y nosotros también debemos hacerlo. “Si no cambias te extingues”.


¿Qué harías si no tuvieras miedo al cambio?

A veces un poco de miedo es bueno, cuando tienes miedo de que las cosas empeoren si no haces algo, el miedo puede incitarte a la acción. Pero, cuando te impide hacer algo, el miedo no es “tan bueno”.

Podría decirse que si el miedo y el cambio no existieran tampoco aprenderíamos de las cosas que a veces experimentamos y llamamos negativas, porque de las cosas desagradables también se aprende, así que la próxima vez podríamos recordar aquel suceso y optaríamos por repetir, o no aquel momento áspero.


El cambio implica más que darle un giro a una parte de la vida, cambia todas las demás partes con las que tu nuevo canje está vinculado, así sea el más pequeño debes tomar en cuenta que puede ser el más notado. No importa si solo cortaste tu cabello o estilo de ropa, los cambios por mínimos que perezcan no dejan de ser cambios. Adentrándonos más en los aspectos de la personalidad en ocasiones queremos cambiar al otro, pero ¿no sería más fácil si nosotros decidiéramos cambiar? No podemos cambiar al mundo, pero si podemos empezar por nuestra persona, poco a poco podemos hacer un gran cambio, siempre y cuando tú estés a gusto con ello y con el resultado que tendrás. Toma en cuenta que la persona más importante eres tú.


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